lunes, 23 de noviembre de 2009

El Gordo y el Flaco

Laurel y Hardy, el Gordo y el Flaco, fueron los protagonistas de este taller. Recibimos a los talleristas con un pequeño teatro sorpresa. Las aventuras y desventuras de nuestro Gordo y nuestro Flaco iban a servir para algo más que para hacernos reir...
.

Aqué tenemos a nuestro Gordo...

Y aquí a nuestro Flaco.


Están los dos muy preocupados. No tienen trabajo y sí muchísima hambre. ¿Qué pueden hacer?

De pronto, la solución. Abren un nuevo restaurante. Se va a llamar "El universo feliz". El dueño les ofrece trabajo a cambio de un buen plato de comida. Tienen una hora para decorar el suelo con un oscuro firmamento poblado de felices planetas.

Así están las cosas cuando el Flaco decide que necesita comer más que el Gordo. Él solo pintará el suelo del local y podrá recibir su recompensa sin compartirla con nadie. De modo que se quita el sombrero. Ya está. Listo para trabajar.
.
Se pone manos a la obra. Pero enseguida se da cuenta de que si bien dibuja con gran precisión las expresiones de las caras felices de los planetas, no se desenvuelve bien pintando el fondo. Va muy lento: tardará más de una hora. Eso si no acaba agotándose antes (o quedándose sin tinta).
.
El Gordo decide por su parte que él tiene demasiada hambre como para dividir la comida entre dos. ¡Ni hablar! No necesita ayuda para realizar el trabajo. Empieza muy bien, concentrándose en pintar el fondo. Lo hace sin problemas y tampoco se le da nada mal dibujar los contornos de los planetas. El problema viene cuando quiere dibujar las expresiones, los detalles. A ver... Ummm, el primero le queda pésimo y lo acaba integrando con el negro firmamento. El segundo... peor. Está desolado. Definitivamente no puede hacer el trabajo él solo.

Por suerte, el Gordo y el Flaco entran en razón y deciden ser solidarios. Así sí que lo consiguen. El Gordo pinta con vitalidad y fluidez el fondo, mientras el Flaco se dedica a dibujar los detalles con precisión y buen pulso.
.

Al final, el trabajo concluye con éxito. Y ya lo dice el refrán: Corazón contento, barriga llena. ¿O era al revés?
.

THE END

No hay comentarios: