Vale, habíamos hecho un cuento a partir de una pintura. Ahora nos tocaba hacer el proceso a la inversa: ilustrar nuestros propios cuentos, un poco a la manera de Chagall. Hacer un dibujo, una pintura, que contara una historia. Por eso es importante relacionar los trabajos con los cuentos de cada tallerista. Esto es lo que nos salió:
martes, 13 de abril de 2010
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