domingo, 25 de enero de 2009

Matisse y el fauvismo



Matisse fue un pintor francés al que le gustaba mucho jugar con los colores y expresarse a través de ellos, lo que hizo con mucha maestría, combinándolos de mil maneras junto a sus dibujos, que eran siempre muy originales y fluidos. Matisse, además de pintor, fue dibujante, grabador y escultor, pero es reconocido especialmente por esta primera actividad. Creó muchísimas obras y se convirtió en una de las figuras más importantes del arte moderno.

Matisse fue uno de los seguidores del estilo pictórico llamado fauvismo o fovismo, especialmente al principio de su carrera como artista. El fauvismo viene de la palabra francesa fauve, que significa fiera. Los pintores que trabajaron en ese estilo buscaban hacerlo cada uno a su manera, pintando de la forma más cercana a su forma de ser y a sus instintos. Para ellos en el cuadro era mucho más importante expresar algo que ordenar el espacio (a diferencia, de, por ejemplo, Torres García). Otra de las características de los fauvistas es que preferían pintar de modo muy simple, sin detenerse en los detalles, preferiblemente usando colores muy intensos y muchas veces buscando que no correspondieran a la realidad, como por ejemplo, pintando los árboles de color amarillo limón o las caras de color verde.

En el caso de Matisse, usó el color siempre con mucha sensualidad, creando muchas sensaciones con él. Para él, el arte debía ser algo relajante y tranquilo, nunca inquietante y perturbador (a diferencia de, por ejemplo, Munch). En sus propias palabras: “un calmante del cerebro, parecido a un buen sillón”.

En sus últimas obras, Matisse pintaba papeles con colores para luego recortarlos y crear figuras que combinaba entre sí.

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