Ya teníamos claro qué cosas nos asustaban: la oscuridad, los fantasmas, la muerte, los lobos y, cómo no, le teníamos un gran miedo a... ¡tener miedo! Así que nos pusimos a trabajar en máscaras que espantaran nuestros temores, fuera a punta de aterrorizarlos, como de conjurarlos. Así de guapas quedaron:
miércoles, 9 de noviembre de 2011
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