
miércoles, 9 de noviembre de 2011
ESPANTAMIEDOS

Cáscaras del mundo
¿Cáscaras? Arrancamos el taller viendo una series de imágenes de máscaras de diversas culturas, a la que titulamos "Cáscaras". ¿Por qué? Los talleristas nos dieron varias explicaciones: porque eran máscaras hechas con, por ejemplo, cáscaras de nueces; porque las máscaras, como las cáscaras, ocultan algo detrás de ellas; porque sirven para proteger. Esto nos sirvió como punto de partida para explorar cómo en diversas culturas y épocas se han utilizado las máscaras para atraer el bien y luchar contra el mal y los malos espíritus. Vimos, por ejemplo, máscaras de los indios norteamericanos para atraer buenas cosechas; máscaras de Sri Lanka contra el mal, en las que se usaba las serpientes como símbolo de la astucia y la sabiduría, capaces de derrotar a la oscuridad y la ignorancia; o como la del Inti, el dios sol de los incas, la fuente de todo el poder, capaz de hacer crecer a las plantas y calentar a las personas. ¿Y tú, qué máscara crearías?





Trabajando
Después de descubrir máscaras de diversas culturas utilizadas para ahuyentar a los malos espíritus y otros males, les tocó a los talleristas decidir qué miedos querían espantar con las suyas y cómo lo harían: podían crear máscaras benignas, que acabaran con sus miedos por contraste, o máscaras terribles, que los aterrorizaran y los hicieran salir corriendo. Primero tuvieron que pensar, ayudados con lápiz y papel (un breve ejercicio de nuestro popular "pensar dibujando"), y después se pusieron manos a la obra o, lo que es lo mismo, manos a los materiales. Trabajaron con mucha concentración, como podréis ver en algunas imágenes que os mostramos a continuación. Y es que crear es una cosa muy divertida, pero también muy seria.


Murciélago como símbolo de la oscuridad,
dibujado por Mónica
dibujado por Mónica
Máscaras espantamiedos
Ya teníamos claro qué cosas nos asustaban: la oscuridad, los fantasmas, la muerte, los lobos y, cómo no, le teníamos un gran miedo a... ¡tener miedo! Así que nos pusimos a trabajar en máscaras que espantaran nuestros temores, fuera a punta de aterrorizarlos, como de conjurarlos. Así de guapas quedaron:
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