Nació en 1844 y murió en 1910.
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Una vez, durante sus vacaciones, el Sr. Rousseau se aburría y soñaba con viajar a lugares exóticos y remotos, ya fuera en barco, en tren, en avión, en carreta. Lo importante era conocer nuevos rincones del mundo, lugares cautivadores que parecían llamarlo por su nombre.
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En efecto, pintó junglas y desiertos, feroces animales salvajes y hombres y mujeres de leyenda, días luminosos, atardeceres mágicos, noches misteriosas...





Pero en realidad, Rousseau nunca se movió de su ciudad, París. Viajó mucho, eso sí, gracias al poder de su imaginación. Nunca subió a un globo ni a un avión ni a un zepellin.
Se montó en su caballete, remó con sus pinceles y utilizó la paleta como timón para llegar a los
lugares remotos que quería conocer.Y pintó esos viajes para que nosotros pudiéramos recorrerlos de nuevo.
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Desde este vieja fotografía parece preguntarnos cómo quiséramos viajar nosotros. Y adónde.
Se montó en su caballete, remó con sus pinceles y utilizó la paleta como timón para llegar a los
lugares remotos que quería conocer.Y pintó esos viajes para que nosotros pudiéramos recorrerlos de nuevo.

Desde este vieja fotografía parece preguntarnos cómo quiséramos viajar nosotros. Y adónde.
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