Después de trabajar tanto en torno a la historia fascinante de Don Quijote, nos inventamos un juego en el que utilizamos las piezas que habíamos creado. Don Quijote tenía que atravesar aventuras e inciertos peligros antes de lograr reunirse con su amada Dulcinea, que lo esperaba en la meta. Hicimos equipos, tiramos los dados y ¡adelante! Pero no era tan sencillo. Había preguntas, retos, peligros, atajos y retrocesos. Los equipos tuvieron que recrear escenas de la novela, crear las suyas propias, fabricar monstruos, hacer poemas, imaginar bailes y muchas cosas más. Nos la pasamos en grande.
lunes, 31 de mayo de 2010
Pensar dibujando. Pongamos que somos Miguel de Cervantes
De pronto nos convertimos en Migueles y Miguelinas de Cervantes. Podíamos jugar con los personajes de El Quijote como nos apeteciera e imaginar nuevas historias y aventuras. Esto es lo que nos salió:
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Había una vez un caballero que vio un castillo y creyó que ra un monstruo muuuuuuy feo. "¡Lucha si te atreves1", le dijo. (Chiara).
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Érase una vez un tel hombre y era de noche y se fue a dormir. A la mañana siguiente se fue al campo a ver a Dulcinea y se llevó a su caballo Rocinante hasta que Rocinante... ¡se comió el lazo de Dulcinea! (Cristina).
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Don Quijote se fue a la ciudad de los monstruos y se encontró a un dragón de cuatro ojos y de repente... ¡Había un cerdo mutante que se enamoró de Don Quijote! (Eneko).

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Dulcinea estaba por Don Quijote y estaba muy contenta porque Don Quijote le había pedido que la siguiera en sus aventuras. (Gabriela).
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Sancho Panza va a visitar la tumba de Don Quijote y este se levanta y lo asusta. Le dice que en realidad no había muerto, que era broma. ¡Je, je, je , je! (Jose).
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Don Quijote estaba en su habitación por la noche durmiendo y cuando despertó vio un monstruo terrible. En realidad era su imaginación: la lámpara del techo era la cabeza del monstruo, la pared, el cuerpo y las patas, la silla. (Leo).
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Don Quijote iba por la playa y de repente vio una sirena y ¡zas!, se enamoró de lla. Junto a él también paseaba Sancho Panza que también vio una sirena (aunque esta era un poc más regordeta y bajita) y también se enamoró. (Lucía).
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Don Quijote estaba en un bosque por la noche. Venía adolorido y cansado. Eran las 3 de la madrugada. Vio el cielo: lunay estrellas. Y dijo:
Don Quijote se enamora de una chica y se quiere casar con ella. Se casan y comen perdices. (Mónica).
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Don Quijote y Dulcinea (Nayeli).
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Don Quijote está en la playa y se va a caer al mar. Entonces ve una sirena y cree que es una princesa, la Princesa del Mar. (Nuria).
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-¡Son bombas! -gritó Don Quijote.
-¡Qué no, Don Quijote! -dijo Sancho Panza.
Y después, le cayó a Don Quijote una manzana en la cabeza y se desmayó.
-Ves, Sancho -dijo Don Quijote-, ¡eran bombas! (Marina).
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-¡Sancho, nos invaden alienígenas!
-¡Que son las estrellas y la luna! -dijo Sancho.
-¡Que no, que son invasores y el más grande y gordo es el jefe!
Convencido, lanzó una flecha hacia el cielo que rebotó y acabó cayéndole a él. (Mikel).
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Don Quijote y Dulcinea (Nayeli).
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2.- Don Quijote cree que las guitarras son espadas, la batería, tanques y el cantante un caballero enemigo. ¡Por eso hacen tanto estruendo! (Samuel).
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1.- Don Quijote va a la playa y se quita la armadura y su ropa para darse un baño.
2.- Se está bañando plácidamente, cuando aparece una medusa...
3.- ... que él ve como un terrible monstruo-pulpo-marino.
4.- Luego se alejan y él se queda muy contento porque cree que las ha matado. (Tomás).
La música
El cantautor, compositor, intérprete, poeta y músico catalán Joan Manuel Serrat canta este poema de León Felipe, que nos acompañó en los últimos talleres.
VENCIDOS
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
lunes, 17 de mayo de 2010
Breve historia de un gran caballero
En un lugar de la Mancha, vivía Alonso Quijano, un señor al que le encantaba leer libros de caballería. Tenía una imaginación portentosa y una fantasía aún mayor. Por eso no le costó nada fabricar un mundo como el de los libros de caballería que tanto le gustaban y hacerse caballero. Rescató una vieja armadura, un yelmo, un escudo y una lanza y se bautizó como Don Quijote de la Mancha.
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Las ventas (los hostales de la época) jugaron un papel muy importante en la historia del bueno de Don Quijote. Más de una vez tuvo que salir corriendo y enfadarse con los posaderos, que no compartían su manera de ver el mundo.


Una vez en casa, Alfonso Quijano admitió que todo había sido producto de su locura, poco antes de morir. Sancho, por su parte, le habló de todas las aventuras que habían vivido juntos, le recordó a Dulcinea, a los gigantes, a los viajes y le suplicó que no se dejara morir. Pero ya no había nada que hacer. Eso sí, el espíritu de Don Quijote ha seguido vivo a través del tiempo. Muy vivo.
La música
Los talleristas decidieron por unanimidad que la música que escuchamos en este taller aludía a la batalla de Don Quijote contra los gigantes de viento. "Se escucha como silba el aire", "Se ve que son los molinos de viento". Se trata, en realidad, de un fragmento de la variación VII, El viaje por el aire, del poema sinfónico del compositor alemán Richard G. Strauss, precisamente llamado Don Quijote, inspirado en la historia del Caballero de la Triste Figura.
lunes, 10 de mayo de 2010
En un lugar de la Mancha...
Siguiendo el hilo del taller anterior: ¿quién es el punto y quién la raya? Estaba clarísimo: Don Quijote era la raya, larga y delgada, que tocaba el cielo porque su cabeza fantasiosa estaba siempre en las nubes. Sancho Panza, el punto, gordito y bajo, estaba más bien cerca de la tierra, pisando siempre el mundo real. Don Quijote representaba los ideales, Sancho lo práctico. ¿Qué hace falta para mover el mundo? ¡Las dos cosas!
Quijotes y Sanchos
Casi no hizo falta ni proponérselos. Después de ver las diferentes e infinitas posibilidades de Quijotes y Sanchos, los talleristas se lanzaron a hacer las suyas propias. Sin problemas. Si algo no les falta a estos artistas es imaginación y fantasía (todos concluyeron que eran un poco Quijotes, aunque también otro poquito Sanchos).
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Quijote (en las nubes) y Sancho (en tierra), junto a árboles o monstruos (según quien lo mire), de Eneko txiki
La Galería. Personajes manchegos
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