miércoles, 24 de febrero de 2010
Taller nocturno
El viaje deUlises

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La Galería. Héroes, dioses y monstruos
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martes, 23 de febrero de 2010
El juego
Llegó el momento de hacer el largo viaje a Ítaca. Las reglas del juego eran sencillas: para ganar, todos tenían que llegar a la meta. ¿Las fichas? Nuestros barcos, claro; esas obras-juguetes que construimos en el taller anterior. El camino iba de la casilla 1 a la 50, pasando por una ola gigante, y estaba lleno de desafíos: preguntas, caprichos de los dioses, pruebas de ingenio y habilidad, sorpresas. El resultado fue que pasamos una tarde divertidísima. Repeterimos.
lunes, 15 de febrero de 2010
Para pensar y sentir

Sobre el océano volaba
una chispa de carbón.
Era una chispa pequeña,
un pajarito veloz.
Era una de esas aves
que cogen mar por volar
y que se pierden adentro
y no saben regresar.
Pero vio un barco pasando
y sobre el barco voló.
Buscando allí compañía
en su metal se posó.
Y vio cien sombras, partidas
cada una por su mitad:
una mitad en la tierra,
Sobre el océano volaba
una chispa de carbón.
Era una chispa pequeña,
un pajarito veloz.
Pensar dibujando. El viaje
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y el de arriba, que está dibujado en el preciso instante en que
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El barco de Eneko txiki tendría una sofisticado sistema por el cual
expelería un tubo succionador, que se llevaría la comida de cuanto supermercado cayera a su alcance, cuando pasara cerca de tierra firme; además tendría un sistema de tubos que podrían conectar con tierra bajo el agua y un cañón potentísimo para mantener a los monstruos marinos bajo control.
Chiara no pensaba hacerse problemas. Su barco sería tan grande
que llevaría a su casa encima; además, tendría un huerto para
poder comer frutas y verduras, y, lo mejor de todo, ellla misma
sería una sirena, por lo que podría desplazarse por el agua
sin ningún problema.
. Ainara se llevaría, evidentemente, mucha agua y mucha comida
y además, ¡una caña de pescar! En caso de tormenta, tendría
un pararrayos, pero también un sistema para aprovechar el agua
de la lluvia y guardar reservas de agua dulce. Por último,
llevaría consigo un invento para poder comunicarse con los
peces, lo que siempre es una buena ayuda, además de un gran entretenimiento.
Jose equiparía a su barco con espadas (para defenderse de los
monstruos marinos), una motosierra (para hacer arreglos),
agua dulce, una tele, una psicina, una pista de baloncesto, comida,
un cofre del tesoro (para esconderlo cuando llegara a tierra),
un sofá (para poder ver la tele a gusto) y un cañón. Qué no falte de nada.